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LA VIDA POR FREDDIE — abril 29, 2015

LA VIDA POR FREDDIE

No hay nadie como Freddie.

Ayer era yo un joven pujante y tenaz, buenas notas en el secundario, hoy tengo treinta y ocho años metidos en el culo. Estoy sentado en la tercer butaca de un cine de la calle esmeralda, el ABC, con la cabeza de un tipo bastante flacucho y fiero en la falda. Me la chupa con desesperada fruición, y a mi ni siquiera se me ha empalmado a la mitad. El tipo huele a media cerveza y dos semanas sin bañarse. Todo sea por alguna suerte de arte, todo sea por Freddie.

Cando yo tenia quince años escuché por primera vez a los Queen. Me llamó la atencion los acordes descendetntes de «Somebody to love», es como un rock and roll clasico meloso de las Shirelles pero con mejores baterias, con mejores bajos, con mejores voces, con mejores guitarras. Las letras estaban meramente buenas, o por lo menos eso pienso ahora que tengo a este muchacho chupandome el pito y que huele tan mal. Si tuviera, el señor en cuestion, veinte años menos,. podria arrullarlo y hacer que se duerma con un canto pausado y suave, aunque en realidad aun asi me la seguiria chupando. Aqui no hay nada mas que gente sexuada, harta de si misma y mal dormida. Todo huele mal aqui dentro. Algo que he notado en este corto tiempo en el cine porno es que en realidad la pelicula nunca termina, y nunca prenden las luces, todos se quedan, algunos duermen, otros se chupan o se masturban, otros simplemente estan sin que naides les haga nada hasta que alguien les hace algo o ellos hacen algo. No se me ha ocurrido nunca que podria ser mefistofélico. Las pastillas que me da mi madre para los nervios lo mantienen todo a raya, inclusive la meta mas primordial de la sexualidad en actividad, que es satisfacer la sexualidad. A mi no me importa demasiado, simplemente tengo que hacer. Yo, Alfredo Vazquez, tengo una mision. Miro en la oscuridad mas allá del telon de la pantalla. Parece haber sido limpiado, la cortina de la pantalla de cine, hace un millon de años luz. Es roja como la sngre, y tiene las mismas pelusas que las polillas en un catafalco. Hay tristeza y una musica estupida en donde mil tipos hacen lo que hacen sin que en realidad a alguien le importe. No importaría que en la pantalla hubiera relaciones sexuales heterosexuales: la gente no viene a ver cine porno, la gente viene a hacer cine porno. Este aqui en mi falda es medio calvo, tiene caspa en la coronilla y lleva puesta una camisa azul de buen algodon almidonado al cuello, tengo la mano en su hombro izquierdo y si dejo de respirar por un tiempo no me pagarán por ser el mejor padre o madre del mundo. Le digo que pare. No para. Si yo tuviera las tetas de la Cholita en la boca ella tambien me pediria que pare, pero yo no pararia, entonces lo entiendo al muchacho: está sentimentalmente chocho con su juguete nuevo. No soy un tipo de mal aspecto. Las mujeres no me esquivan. Siempre estoy aseado y mis ojos rasgados y mi bigote llaman la atencion de las niñas y de las no tan niñas. Me dicen Freddie. Soy corredor de bolsa de lunes a viernes, los sabados y domingos, por exigencia propian mia y misma, hacia los miembros de mi banda, soy el vocalista de Freddie’s Dead, una banda tributo a Queen. Los dias en que por omisión o por las casualidades de la vida, o porque un rayo ha partido el cielo de todos, ensayamos tambien los miercoles o los lunes, a veces ambos dias. No me importa. Soy un comodin de la Bolsa de Valores de Buenos aires. Como lo esencial y no me importa si tengo que beber menos, yo quiero ser un buen musico. No hay nadie como Queen. No se ha visto banda como ella desde que Freddie murió en mil novecientos noventa y dos. De ninguna manera. Allá por las eras del grunge, ese movimiento mistongo y mequetrefe del que se nutrió buena parte de la juventud de entonces, que insulto, que atropello a la razón, pobres niños que habian nacido muertos… Acaso se ha escuchado algun bajista tan impresionante como John Deacon desde esa fecha tétrica?

Este tipo me la está chupando como si yo tuviera la polla hecha de chocolate congelado.

Por el amor de Cristo rsucitado, acaso no sabe ya todo el mundo que no ha habido ni nunca habrá guitarrista mas increible que Brian May? Brian May podia tocar lineas de guitarra en los solos que suplian a los acordes mismos de las canciones en una manera que no han podido ser reproducidas nunca desde entonces. Podriamos decir que la fecha de vigencia no se ha constatado como inmortal hasta ahora, pero una banda asi merece el reconocimiento que se merece, y que el resto son solo manises y culos de cervezas, eso lo sabe todo el mundo.

Este tipo realmente me está borrando la falda con tristeza.

Cuando tenia veintidos años ya estaba completamente inmerso en el mundo de mi banda favorita. Desde hacia cinco que tocaba la guitarra y despues de la medianoche, cuando todo el mundo estaba durmiendo, trataba de entonar ciertas canciones de una manera mas decente. Le mandé algunas canciones grabadas con la guitarra a la Cholita hechas con el Goldwave, que en ese entonces era algo asi como ya un «blueprint» para la yegua argentina, y los resultados fueron positivos, aun mas cuando las grababa con una voz trunca por la timidez, encerrado en la pieza acustizada, con una acustica naciona y el microfonito de mesal y entonces, la Cholita me dijo: tenés que subir la voz. Cuando llegaba a casa del microcentro me encerraba en la pieza con la electrica y empecé a subir la voz. Los resultados me entusiasmaron. Me contacté timidamente con algunos musicos amatéteres del conurbano y los contactos fueron buenos, les pasé algunas demos de lo que estaba haciendo y me preguntaron si yo tocaba con alguien mas, si tenia compromisos. Contesté que no. Por primera vez, afuera del ámbito laboral, me di cuenta que contestaba con mi voz genuina. Tenia un  par de temas y mil mas y todas las agallas. Un dia me estaba lavando la cara en el lavadero y me di cuenta de mis ojos en mi mirada y mi mirada en mis ojos: el espejo doble. La nariz aguileña, los grandes dientes un poco obscenos, el fino bigotillo que habia dejado crecer involuntatariamente, llevado por un ansia superior a mis covenncionalismo que se caia a pedazos, mi educación formal y mi conciencia domesticada. Me di cuenta de que la vida que llevaba tenia un sentido aparente y un sentido tácito total concreto que nada tenia que ver con mis verdaderas inclinaciones para con la vida y mi proyección para con el mundo. Ya no queria guardar plata para irme de vacaciones a El Bolsón, solo queria hacer musica. Era un musico amateur con una inclinacion a la imitación de la genialidad y las inclinaciones de mis imitaciones estaban orientadas hacia una banda buena, relevante, vital, que todo el mundo conocia y que todo el mundo reconocia que le hacía bien. Queen es una gran banda, porque en un segundo te puede poner una sonrisa en la cara o una lagrima en la mejilla, y ambas cosas resultan fantasticas, porque vienen de la honestidad del reconociemiento de la grandeza.

No ha habido un showman y un cantante mas grande desde la muerte  de Freddie Mercury.

Y este tipo, el calvo, huele a sopa, a mierda, a pijas y a tristeza. En especial a muchas, muchas muchas, pijas. Bien podria ser yo mismo chupandome la pija que me estoy viendo a mi mismo imaginariamente chupandome la pija a mi mismo.

Y esos dias eran buenos. La banda, Freddie’s Dead, constaban, al igual que los originales cuatro, de cuatro miembros, un bajista, un baterista teñido de rubio, un guitarrista con una peluca de rulos que era acicalada por su madre mientras él tomaba el cafe con leche con nosotros, y yo,  Algunos equipos los teniamos, otros los mandamos a hacer, todos teniamos trabajo y el que no tenia yo tuve que exijir que por lo menos de lavaplatos alguien tenia que hacer. Me echaron de la Bolsa de Valores. Me chupaba un huevo, ya no tomaba, habia ahorrado. Me conseguí un trabajo de lavaplatos. Tengo las manos arrugadas y violetas de tanto fregar platos de madera en la parrila de Congreso. Cuando salgo por la noche no tengo manera de sacarme el olor a grasa animal de las manos, me he dejado crecer las uñas las he esmaltado y cuando estoy afuera me pongo una capucha con un buzo para que no me vean salir…. siento verguenza. Las mujeres pasan al lado mio como fantasmas, no me admiran, no saben quie soy él, nadie me ha tocado como estos pares de tetas que pasan a mi lado sin que yo pueda hacer contacto visual… es la Gran Derrota.

Pero es el precio a pagar. Freddie no las necesitaba. Freddie buscaba otra cosa. No buscaba hijos. Brian May lo sabia, John deacon lo sabía. Por eso todos usaban pantalones ajustados en la entrepierna y en la cola, y espray en el pelo.

También pensaban en hacerse putos, porque lo intuían…

Ahora alguien se acerca desde las sombras detrás del pelado que m está chupando la pija como si mi sexo fuera un mordillo comunitario. Es morocho, mal alimentado, tiene un jersey azul todo apolillado y arrugado y un rictus demencial de amargura exhausta en la boca de gruesos labios morados. Lo veo venir hacia a mi como si todo esto se tratara de un muy mal sueño. Creo que la pelicula que estan dando en la pantalla del cine no tiene la suficiente iluminacion o contraste como para que la pelicula en si pueda ser disfrutada, me siento tonto, respiro difuso, no adoctrinado… Estoy en un cine viendo una pelicula que no puedo ver bien porque, esencialmente, no pasan peliculas para que sean vistas. Todo es un mal trago, un mal trato. Pero aprendo rápido, el que quiere puede. El tipo de los labios morados saca al calvo de mi regazo de un manotazo, que se desprende de mi verga con un sonido de succión y parece llorar al irse. Juro que llora. Veo mi pija a la media luz de la proyección, está humeda y gorda, pero no se para. El morocho de los labios púrpuras y el rictus mefistofrelicamente amargo pone su boca sobre mi glande, mis huevos, mi alma, no hay caso. no me importa. me succiona como si realmente le fuera la vioda en ello, como si a mi me fuera la vida en ello, y le creo.

Freddie Mercury nació en Zanzíbar. Parte de un protectorado britanico en el archipielago de me chupa un huevo. Estimo que en la decada del cuarenta o cincuenta… Hijo de un almirante inglés y de una india nativa muy fea. A pesar de que los dos padres eran muy feos los dos, el salió muy lindo, con una gran frente, grandes labios carnosos y enormes dientes de caballo, un cutis impecable, y grandes pompas por todo culo.

Hace unos diez años que empecé natación y el gimnasio, por suerte el laburo me permitia un buen gimnasio. Es el mismo al que va Marcelo Tinelli. Misma merca, diferentes vicios, jaja. Inicié un programa de tonificación de musculos y eso es lo que sigo haciendo hoy en dia, o por lo menos hasta hace algunos dias.  Tengo un cuerpo llamativo, soy como una gacela blanca con un excelente bigote azabache, grandes ojos, una actitud proactiva, un semblante lleno de vida. Provoco. Doy fé en los demas. Se me quiere.

Mi novia la Cholita, me dejó cuando un dia le utilicé la depiladora para sacarme los pelos de las piernas y se la rompí. Nunca lo pude entender. Me dijo que le costó a ella unos mil docientos pesos pero nunca me dijo como la pagó, a su maldita depiladora, si ella no tiene trabajo. Todas las cuentas las paga Papi: yo. Berreando, totalmente sacada de si misma me dijo:

– HIJO DE PUTA PUTO DEL ORTO YA ME ESTAS SACANDO LA VIDA CON TODO LO QUE TE PARECES AL PUTO ESE.

El problema es que no es demasiado que me pareciera mucho a Freddie sino que atraigo a la misma gente que le gustaban a Freddie, y cuando uno sale con una mujer, no muy brillante pero si lo suficientemente muy atractiva como para herir su sensibilidad de putita egoista, ahi se jode todo. Lo unico peor que se le puede hacer a una mujer atrayendo putos es atraer putos cuando uno esta saliendo con una mujer MUY atractiva, busconamente atractiva, putonamente atractiva, indecentemente atractiva. Y atractiva la Cholita era. Media un metro sesenta pero lo que no tenia en altura lo tenia en otros lados, para empezar, su alma: estaba sedienta de tipos muy selectivos que solo quisieran doblegar su estupido espiritu altivo perennemente sediento de vergas de la manera que era efectiva en ella: penetrandola en el culo POR LO MENOS tres horas por dia, todos los dias. Todos los dias. Tenia unas grandes tetas, una actitud de mierda, grandes ojos verdes de china mixta, pantorrillas impecables, piernas para el crimen, un orto inconmensurablemente obsceno, una concha inasaciable y una cintura hecha por un erotómano, todo esto rematado con una cara imposiblemente franca que decia: todo lo que veo es una posible pija y de pija lo usaré. Me habia tomando como yo habia venido, la creme de la creme. Yo me habia mostrado frio: no hay mejor que yo. Lo entendió. Su insaciabilidad solo se limitó a poseerme a mi y con eso su imbecilidad de grado superior con respecto al sexo fue curada. La ensarté como un anzuelo a la lombriz. Que es básicamente lo que son todas las mujeres: invertebrados con una guaranga incapacidad ocular general. Un dia me agarró afeitándome las piernas con una foto de Freddie en el espejo en Montreal en mil novecientos ochenta y uno. Yo debia de estar lo suficientemente y perfectamente similar a el. No se podia escatimar esfuerzos ni dinero. La depiladora se trabó en el mismo momento en que ella asomó la cara al baño, tan bella como ella era, y lo vi todo en su cara: ahora me odiaba. Y ella vio mi cara y lo supo: no mas coito, no habia necesidad alguna. Probablemente ya habia andado peteando por ahi probando alguna salida, pero aparte de una gran poronga, yo tenia una gran billetera, cosa que por lo general no va de la mano una con otra, y, siendo ella una gran putarra, sin mas talento que unas excelentes pantorrillas y ser multorgásmica, y siendo yo algo demasiado parecido a un puto famoso…. en fin, simplemente se cansó de mi. No habia mas que hablar.

Ella se terminó de mudar de casa cuatro dias despues cuando se llevó su par de zapatos de taco dorados con lentejuelas número cincuenta y tres. Yo me quedé con la depiladora y un monton de profilacticos sin usar. Gracia, Cholita, por los servicios pretados a la Nación.

Me aprietan los muslos para que haga acción. Le acaricio el pelo grasiento al pobre diablo, recordando.

Con Freddie’s Dead empezamos a ensayar cuatro dias a la semana pero todo se parecia como un gran chorizo sonoro de mierda. No podiamos hacer click. «Ese» click. Las cosas simplemente se empezaron a descolocar musicalmente y espiritualmente. No teniamos la grandeza suficiente. O ellos no la tenia, yo si, pero ellos desentonaban… Ademas, no eramos ingleses, tomabamos cerveza rubia en vez de Red Lager, teniamos equipos de mierda, no teniamos la guitarra hecha por el padre de Brian May con los soportes de la chimenea de doscientos años, no teniamos una mierda. Un dia el baterista dijo que no se queria teñir de rubio nunca mas porque se le estaba callendo un poco el pelo. Lo eché a la mierda inmediatamente. Encontré otro baterista que se llamaba Rubén, tenia rulos largos negros y bigote y barba candado. Tocaba bien. Le dije que se corte el pelo, que se tiñera de rubio e inclusive que se hiciera unos retoques de cirugía estetica ahi en la nariz prominente de marinero. Me dijo: NO. Y me quiso convencer de tocar «Woman from Tokio». No se de quien es, unos metaleros como Deep Freeze o Frizz Marble.

Lo cagué a trompadas a la salida de la sala de ensayo, cayó la cana y me comí una denuncia judicial. Todavia está en tramite, mientras me chupa la pija un sidótico en el ABC.

A mi derecha hay un viejo con los rulos plateados todos enredados sobre la cara y unos profundos y creo que bellisimos ojos azules, como el hielo de la noche del Ártico,como el Titanic, igual de turbios. Se babea. Muevo el muslo hacia adentro para que no me caiga el hilo de baba el el pantalon y lo unico que logro es que el morocho demacrado de labiosfinos y morados me muerda el tronco de la verga y me haga daño. No me importa. La vida por Freddie. Creo que se me está parando. Creo. En realidad esto no me gusta y todo el mundo aqui huele muy mal, huele a desesperación, no puedo ver lo que quiero ver pero no sé lo que quiero ver y no me importa pero como tengo una misión de un valor altivo y noble no puedo parar.

A Freddie le gustaba. A mi tambien me tiene que gustar.

De repente alguien me AGARRA de la nuca y entonces soy yo el que esta con la nuca al cielo y con la boca contra una entrepierna. Muerdo un cierre metalico, manos toscas y brutales me llevan contra un par de huevos, los lamo, estan peludos y olorientos a semen y a orines, abro la boca, me meto un cojón en la boca, lo escupo, la mano en mi nuca es grande y no destila ninguna delicadeza, despide ondas expansivas de homicidio, estoy en «manos de» en vez de «guiado o llevado con ternura por». En las sombras veo morado, veo el color de la piel de los sexos pegados a mis globos oculares, en una luz normal deberian ser rosadas o bronceadas pero aqui todo es como de un ultravioleta. El olor a meo, el olor a muerte, el olor a delito. Las cucarachas canturreando debajo de la butaca, trepando con las bocas bien abiertas desde las sombras.

No hay que desanimarse. Acaso no lo decia la canción?

«Cada mañana me levanto y me muero un poquito

apenas si me puedo sostener en mis pies…»

Creo que podria morir de asfixia. Tengo la nariz y la boca aplstadas sin clemencia contra un falo. trasunto que si muriera chupandome una pija, probablemente estaría en los planes de todos esta noche. Es a lo que salga. No puedo hacer que dejen de hacerlo porque tengo la noción, muy acertada, de que si me retobara probablemente podrian matarme, o al menos golpearme, yo no podria responder a sus actos violentos por estar embarcado en una mision de completo amor.

El primero me acaba en la boca. Me rebalsa, me sale semen por la nariz, que vuelo a tragar tras una nueva estocada. Tengo que pensar que es bueno. Tengo que pensar que sirve. Debe ser bueno, debe ser un aprendizaje de algo. Es como comer la crema pastelera de uan factura recien salida de la panaderia si la factura estuviera hecha en una pescaderia, en una pescaderia muy rara. Y tengo todo eso en la boca, y no hay amor, solo hay esfuerzo, y pasar el rato, y es como matar y que me maten, pero me digo a mi mismo, ese es el pensameinto de otro entrando en mi nuca en mi subconciente en mis muelas en mi alma en mi torrente sanguineo que no corre bien a mi cabeza con dos o tres manos apretandome la cabeza contra un pene enorme y sudoroso. Debe ser el pensamiento malhabido de alguien mas en contra de mi cortex cerebral que ha dejado, humano como es, entrar los conceptos vápidos de otro ser dentro de mi humanidad atormentada, dentro de mi misión.

Alguien me toma del poco pelo corto que tengo y me hunde los bigotes en un culo. La pelicula sigue proyectándose en la pantalla: explosiones de blanco y negro a travez de mis córneas apenas funcionales. Una pelicula muy vieja, casi me hace sonreir por el segundo y medio que la vi: una jovencita en traje de baño de la decada del veinte metiendose un parasol en medio de la conchita. Al instante un culo peludo en mi boca y alguien que gime detras mio para que le agarre la pija y lo masturbe. Ni siquiera pienso que es sórdido: es como hacer un máster de musica al estilo Brighton Rock con los maestros de los maestros.

Alguien empieza a orinarme la nuca mientras me asfixio con una pija enorme que me entra hasta el paladar, la chupo, la lamo, me la vuelven a poner hasta la traquea, me tiran del pelo, me pegan, otro me sigue chupando a mi, en una mano un pene en otra mano otro pene y se siguen acercando o miran, yo lamo y chupo y trato de respirar, el corazon me late a mil revoluciones por minutos, en un momento me caigo entre las butacas, me levantan otra vez del pelo a los sopapos, soy un trapo de piso humano… Todos los grandes de la musica y de la historia de la humanidad fueron algo asi como un trapo de piso humano en algun momento, me digo, debo resistir…. y los torrentes de HIV que entran en mi corazon me hacen trastabillar, y vuelta a chupar, a complacer, a plasmar y a aprender, es intolerable, el placer, el placer, no puedo parar, tengo las encias doloridas, me cagan en la boca, me como sus soretes, mierda en mi lengua en mis dientes en mi fantasma de ayer, me mean en la cara, me pegan puñetazos en los riñones para que me hinque a chupar y a lamer, en la penumbra mórbida del desenfreno total de la putrefacción, contra la butaca que huele a orines y se descompone en pedazos estupidos al ser aplastado por mi peso y el de cinco homicidas mas.

Y entonces lo supe.

Ahora sí soy Freddie.

Cuando terminaron conmigo no pude mover la mandibula por alrededor de dos horas. Pensé que no podia decir nada por timidez, pero cuando quise articular unas palabras al viejo que se babeaba (el de los ojos como los hielos azules como la escena del Titanic, mismo hundimiento, misma gracia real total), no pude decir nada. Me habian fracturado la mandibula a petazos.

Necesitaba fumarme un cigarrillo y tomarme una cerveza lejos de esta maravillosa gente. Gracias por lo aprendido. No podia mas. Suficiente por esta noche. Afuera clareaba el ensayo de un amanecer. Las cinco y media de la mañana. Muy cerca del otoño. Un barrendero me miró con una cara muy graciosa. Yo me limpié la sangre de la nariz y traté de respirar hondo por la misma: misma reacción corporal de dolor, todo bloqueado, todo hundido, todo mancillado, todo maravilloso.

A Freddie tambien le debe de haber costado hacerse puto. Y digo que le debe de haber costado porque todo el mundo sabe que ser puto duele y que naides va a hacerse puto porque quiere, sino porque esta loco y debe. Freddie estaba loco, loco por amor, por esos zanzibarenses enfermos de amor total que le dieron mucho de nada, por eso Freddie se hizo trolo y volvió a Inglaterra con su mamá. En Inglaterra son refinados, no tiene una «Calle Lavalle» donde todos andan cogiendo con todos sin preguntarse los nombres. Son refinados y correctos. Si te quieren invadir te piden por favor. Si vos queres independizarte te piden por favor, queres independizarte? «Dale, nos parece bárbaro». Nada de andar por ahi fracturándole la mandibula a gente que podrian ser tus amigos. Si para eso está el mundo, para llenarlo de amor. Amore vincit omnia, capo.

Canta, que la vida es bella.

Pasa una patrulla con sus concupiscentes luces azules de leds enceguecedoras…. me miran desde adentro, con su uniformecitos azules con cara divertida, ni se molestan en preguntarme si estoy bien, si me hicieron daño.

Esos negros de mierda escuchan cumbia, seguro…

La patrulla se aleja por Esmeralda y pasan dos tortolitos heterosexuales morreandose de lo lindo. Ella tiene unas hermosas y fatales piernas torneadas de negra del norte argentino. Largo pelo negro indio, maravillosa sonrisa. Un lingote de oro, macho. Él tiene el pelo largo de un cariz mas bien de colorado, pelirrojo, lacio, largo, piel blanca, facciones angulosas y un rictus juguetón en el rostro. Trata de meterle mano en el culo a la damisela, que tiene un trasero maravillosamente grande y alegre enfundado en una minifalda de jean. Ella saca la mano y entrega la boca. Paran en un kiosko, compran tres profilacticos, entran al cine. Los veo entrar. La miro, me mira, lo miro, me mira, entran.

Me prendo un cigarrillo y espero diez segundos a que salga una estrella distante en el cielo, detras de una nubE, es el Sirio de la Mañana, entonces, vuelvo a entrar, pasandome el dorso de la mano por la sangre del labio superior, y alisandome el pelo de la cabeza, esperando que todavia quede algo de mi para que quede algo para mi.

LECHE POR LECHE — abril 20, 2015

LECHE POR LECHE

Noche profunda
de candor muerto

con mi cuerpo quebrado te pido disculpas
con mi alegria de bajo vuelo te amé
como pude
con mis ojos te dije y lo que dije queda escrito
en piedra
una y otra vez
paja tras paja
trueque de
leche por leche
tecla por tecla el omen de la fragilidad
revuelto en mi estomago
en la paz y en el daño
que me come
el entrecejo

noche profunda
candor muerto
te pido perdón de rodillas

es que le debo mucho mas que plata
a Buenos Aires.

HUEVOS DUROS — abril 16, 2015

HUEVOS DUROS

– ALTO AHIIII!!!

El pelotòn de cientificos, enfundados en sendas batas blancas, enardecidos por el deseo de conocimiento y el entendimiento cosmogònico del Universo, entra en la cocina.

Suenan melancolicas trompetas de combate en la casa de ceniza de Fernando.
Y Fernando estaba solamente sacandose una testaruda lagaña del lagrimal despues de un sueño malhabido y demasiado corto.

– SIGFRIED, DIGAME USTED QUE ESTA PASANDO AQUI. REPORTE DE SITUACION.

Siegfried se saca el barbijo azul y responde, efectivamente.

– Hombre de aproximadamente cuarenta años, con sobrepeso mòrbido, en un estado de aletargamiento evidente, cocinando huevos crudos en un jarro de lata evidenetemente sin lavar. El ambiente general es de pesadez y congoja. Necesita una afeitada. La cocina presenta un desaliño llamativo, como si hubiera en esta casa una remarcable falta de mariconeria.
– O la abundancia de ella, Siegfried, no apuremos conclusiones.
– En efecto, doctor Stark. Procedemos?
– PROCEDA, SIEGFRIED.

Siegfried se acerca al susodicho propietario.

– Usted, subnormal, digame, en que podemos ayudarlo?
– No se, ustedes entraron cuando yo me estaba sacando una lagaña.
– Y que pretende hacer con ella?
– Comèrmela… son ricas y tengo hambre.
– Y no le alcanza con los cuatro huevos crudos?
– No son crudos, son duros, de hecho, ya deberian estar cocidos.

Siegfried volviò al lado de el doctor Stark, quien observaba la escena con curiosa determinacion.

– Doctor, tenemos un caso severo de aislamiento y consecuente retraccion social con un aumento de la ingesta de proteinas y grasos en la forma de huevos duros. El paciente presenta signos de fatiga, retenciòn de liquidos y ademas… ademas…
– Dìgalo Siegrfied.
– Ademàs necesita darse una ducha. Apesta a tabaco. Y creo que del paraguayo.
– Esos Red Points son demonìacos, Siegfried. Dèjeme interactuar con el sujeto por unos instantes.

El Doctor Stark se acercò a Fernando y puso una mano paternal en el hombro de Fernando. Fernando chupaba la cristalizacion que habia sacado de su ojo y la degustaba con fruiciòn.

– Usted se lleva a la boca todo lo que su cuerpo produce, amigo mio?
– Menos soretes y waska, todo.
– Compadre, nosotros lo entendemos, si la situaciòn lleva a momentos donde la ansiedad acucia, hay dietas y planes economicos a llevar a cabo cuando la cosa se pone dura.
– Cuando la cosa se pone dura, doctor, me voy a la cama.
– Se va sin comer a dormir?
– No, me hago un pajote mientras me como mis huevos duros.
– Usted se come sus propios huevos?
– Asi es, si tengo, y los puedo cocer, entonces me los como.
– Duros…
– A veces fritos, pero el higado me lo reprocharìa. De todas maneras son mis huevos.
– Bien.

El doctor Stark volviò conmovido al lado de Siegfied. Y comentò en su oreja:

– Evidentemente tenemos un problema de actitud. Dicen que en Argentina todos tienen este problema. Una suerte de pirateria del alma, un vandalizar el espìritu.
– Nada como la madre patria Alemania, doctor. De todas maneras no teniamos un caso asi desde 1944. Abandonado, hambriento, desaliñado, sin amor y comiendo huevos duros en un jarro de lata.
– SIGFRIED, INSPECCIONE INMEDIATAMENTE ESE JARRO DE LATA!
– SI, DOCTOR STARK!

Siegfried se acercò con su traje antiradioactivo y su bata blanca y con unos forceps especiales hechos de un metal muy duro y muy limpio y muy especial, de ese material que «solo los medicos entienden, porque estudiaron mucho». Extrajo un huevo, humeante, lascivo, pelado, blanco, ligeramente babè por fuera en su càscara.

– Este huevo parece estar en estado òptimo para su consumo, doctor… es blanco, el de siete pesos la media docena. Lindo huevo, de hecho… me encanta! – , dijo Siegfried.
– CONTENGA SU ENTUSIASMO, SIEGFRIED, MANTENGA SU COMPOSTURA CIENTIFICA!
– PERO ES QUE ESTE HUEVO ME VUELVE LOCO, DOCTOR, SIENTO MAREOS, UNA ALEGRIA DESMEDIDA… NUNCA HABIA VISTO UN HUEVO DE LA MANERA EN QUE LO ESTOY VIENDO AHORA!

El doctor Stark se acercò a Siegfried y, salido de la nada, le dio dos bofetones del tipo «va y viene».
Fernando se sacò un moco y se lo llevò a la boca. Entonces dijo:

– Estàn ivitados a comer uno cada uno de ustedes. Tengo màs.

Y el doctor Stark y Siegfried y el resto del equipo de investigaciones alemàn se miraron los unos a los otros, desconcertados por la invitaciòn. Entonces Stark exclamò, visiblemente turbado:
– Siegried, Hanns, Helmut, Schopenhauer, Nietszche, INSPECCIONEN CON MAS DETENIMIENTO ESOS HUEVOS E INFORME DE LA SITUACION INMEDIATAMENTE!

Los cuatro cientificos se agolparon sobre la cocina y el jarro humeante. Unos momentos despues se irguieron y dieron pulgares de ok. Se sacaron los barbijos y exclamaron a coro, mostrando un huevo duro en cada mano:

– ESTE HUEVO YA ESTÀ COCIDO!
– SI… SI! Y ESTE TAMBIEN,- dijo Helmut.
– SI, PERO EL MIO ES MAS GRANDE, Y TIENE UNA «grietita», COMO UNA SONRISA DEL ALMA, DEL CORAZON…!

El doctor Stark se acercò y sòlo le dijo a Fernando:

– Està bien si procedemos, amigo?
– Si, «amigo»,- dijo Fernando con sorna- Ustedes tambien estan en Alemania con eso de «amigo»?
– Si, desde la primavera de 1936. Es un signo de buenos deseos y amistad y concordia.
– En Concordia hay huevos enormes tambien, y esos son los unicos amigos. Por què no van a molestar a Concordia? Por que no los «incordian» a Concordia, en Concordia? Concordemos…
– Fernando, relaje… hay salsa golf?
– En la heladera, comprè ayer…

– EQUIPO AZUL DE RECONOCIMIENTO DE CAMPO, PREPARE EXPEDICION FURTIVA STEALTH A LA HELADERA DE FERNANDO… A POR LA SALSA GOLF!

El equipo saliò trotando en marcha atletica, con pequeños sonidos onomatopèyicos de»hut hut hut», a la heladera en la habitaciòn verde contigua, cada uno con un humeante huevo duro en la mano, visiblemente animados y de muy buen talante.

– MEIN GOTT!!! NEIN NEIN… DOCTOR STARK, HAY MOHO EN ESTA HELADERA. HAY MOHO POR DENTRO Y POR FUERA, ESTO ES UN DESASTRE…!

– Fernando, sinceramente, usted como hace para vivir de esta manera?, dijo Stark.
– Sueño. -, replicò Fernando.

Y Fernando mirò por la ventana y recordò que era agosto, y habia sol afuera, y pensò que dios hizo las persianas por que la mayoria de los hombres no podia cerrar los pàrpados tan bien, y tan a menudo. Un pajaro gorgeò ahi afuera una cancion particular, y entonces una amoladora cortò un pedazo de metal y todo Balvanera pareciò llorar.
Otra vez.
Fade out.

LA LLAMADA FATAL DE MARCO AURELIO —

LA LLAMADA FATAL DE MARCO AURELIO

Marco Aurelio estaba re podrido. Todo el dia en el trono, ni ganas de cagar tenia. No habia nadie en la recamara real, los mancebos y ninfetas dormian la siesta y una melancolica flauta esparcìa sus mierdosos acordes en una tarde de pesadilla, de tan cutre e insoportablemente aburrida que era.
Marco Aurelio se rascò un cojòn por sobre la estola de seda que caia en su adormecida entrepierna y dijo:

– Cèsar quiere un trago, quien ha de darme de beber?

Un negro en una esquina, medio dormido ahi justo donde se paraba, abriò de pronto los ojos, terriblemente sobresaltado. Dos metros de altura, cuerpo de gacela, ojo del culo como las grandes y exhuberantes cuevas (pintadas) de Altamira.

– Ah, tu, negril, durmiendo en el trabajo? Si te viera tu madre, mancebo bellaco… Abre tus ojos y traele al pobre Cèsar un poco de libàr… que tal ese torrontès de las Galias… o un poco de ese vino tinto con sabor a miel que proviene de las planicies de… ah.. ya me he olvidado. Complacedme!
– Si, masa, su alteza.

El negro, Igor, se acerco con un ànfora y dio una copa de plata llena de el temible almíbar a Cèsar Marco Aurelio. Èste bebio a placer y de pronto hizo una arcada y vomitò el resto.

– Tu! -dijo Cèsar, señalando al pobre Igor -, has tratado de envenenarme con esta pociòn de cicuta… arrghh ajj, que asco… es peor que la mierda disuelta en meo… hijo de puta…
– Masa! Este vino ser recien traido del chino, digo de las verdes planicies vitivinicolas de Estigia.
– Es veneno, es lo que me has dado…
– Masa, lugareños pisar las uvas con pies traicioneros y olorientos, yo traer a masa Cèsar un brebaje estomacal infalible.
– Hazlo inmediatamente o te crucificarè, maldito animal!

Igor salio corriendo detràs de un biombo buscando las sales digestivas y no pudo encontrar nada. Entonces Igor hizo uso de razon y de su vida miserable supeditada al capricho de un hato de imbèciles. Se bajò la bragueta, sacò el MISIL IMPIADOSO, y empezò  a frotar y estirar el negro y gigante pene, que era como un gureso cable de tendido electrico, tratando de pensar en las chinas de su patria perdida.

– Masa, en unos segundos venirme, digo, ir yo a ti… y tu venir bien o sea… yo, terminar de… ooooohhh, AHHHHAJJJJ,, YO DAR A MASA BREBAJE POCION MAGICA A BASE DE LECHE DE CABRA MACHO.
– Pues mas te vale porque si no te vas a enterar quien manda aquì, Igor, sucio sorete, te viá dejar la cola llena de pus de los petazos que te voy a dar con el cinto.
– Si masa ooohh siii ajjj ahhhhyyy ahhh auch seee papeeee, OOOHH AHHHH, digo, SU ALTEZA SI YA SALE, LAAAAA, LAAAA LALAAAALAAAA, LA POCIÒN A BASE DE CREMA DE LECHE SIIII… OH POR DIOSSSS!!!!

Igor derramò su simiente en la reluciente copa de plata ornada de diamantes y esmeraldas y se acercò a base de ridiculos saltitos saludables a Marco Aurelio con una sonrisa enigmatica de gran satisfacciòn.

– Pociòn de masa su Alteza excelentisima, beber, beber…!

Marco Aurelio se llevò la copa a la boca y bebiò chasqueando los labios. Marco Aurelio se sintiò muy raro. Muy raro.Una serie de imágenes visuales se vinieron a la mente del monarca regente: La vaca de Milka. Su padre con tablillas de cera en el lavatorium gritando a su madre «que estaba evacuando, ya no hay un poco de paciencia ni siquiera para un Cèsar?». Jovenes pastores dejando consternadamente atras a sus tiernas tiernas y solitarias ovejas desapareciendo en una triste choza en medio de la noche, debajo de las estrellas conocidas…
Marco Aurelio sintio ganas de meterse un dedo en el culo y olerlo, por alguna razòn.

– Excelente pocion, Igor. Dime, de que està compuesta?
– Es leche de mípalo, sah.
– Es acaso un nuevo descubrimiento de la ciencia? Han, nuestros eruditos, concebido nuevas y mas vastas formas de saciar con alivio el dolor del pueblo?
– En mi pueblo ser muy comun brebaje, sah, beber desde los siete años sah. En el suyo tambien, su excelencia.
– Pues muestrame de que planta se extrae esta extraña leche.
– Yo mostrar, sah, yo mostrar.

Igor pelò.
Marco Aurelio casi escupe un pulmòn de la impresiòn. Era una cosa muy grande, muy gorda, muy negra y todavia rezumaba una miel agria que invadiò el recinto con un aroma a establo de cerdos.
Marco Aurelio observò con resignaciòn y una solitaria làgrima tajeò su mejilla.

– Oh, ya veo. El viejo truco de la copa de plata. Dime Igor, por algunas de esas casualidades no… tienes màs?
– Pitòn del Gabòn siempre escupir dos veces sah. Yo servir.
– Esta vez no te escondas en el biombo pretendiendo que es solo Alka Seltzer. Quiero ver.
– Si sàh,. un placer, un placer, masa saber que Igor servir bien siempre a Su Excelencia…
– Que te calles. Sopapèatela, he dicho.

Igor se frotó y se frotó y sus córneas se ensancharon mientras la BOA CONSTRICTOR DEL INSTRUMENTO SEXUAL DERRAMABA LITROS DE LIQUIDO PRESEMINAL. Cesar hurgó debajo de su toga, con la respiración entrecortada y el esfínter espasmando incontrolablemente. En la recámara real,. las ninfas se masturbaban, los eunucos gimoteaban con notas muy agudas, y se daban la cabeza contra las columnas, jurando que si tuvieran los huevos, se cortarían los huevos, pero no tenian huevos.

Entonces sonò el telefono al lado de Marco Aurelio. Ese telefono nunca sonaba. Todavia no se habian inventado las lineas telefonicas, pero Cèsar supo que esta era la llamada que sonaba… cuando se terminaba la joda. Forever.

Marco Aurelio puso el auricular en su oreja y se puso lívido… de terror, de pavor, de duda existencial, se le habia puesto como una salchichita de copetìn y toda pàlida… ya no le quedaba duda, a Igor SÍ LE QUEDABA UNA DUDA, pero a Marco ya no le quedaba nada. Se escuchò un crepitar electrònico sordo en el auricular, una voz cascada, las campanas del funebrero, el martillar del carpintero sobre el ataud y Marco Aurelio Cèsar dijo:

– Madre… no, madre… dejame tener esto… parece ser una buena chica… no, madre!… NO!

Entonces Marco Aurelio casi se desmaya, a duras penas pudo recomponerse y entonces, musito:

– Sì, madre, por supuesto, lo que tu digas… te amo, madre…

Colgò el telefono.
Igor lo sabìa. Era el fin. Nunca mas se pintarìa los labios con sangre de cerdo en las tardes de las llanuras de Estigia, oh, vestales, oh mancebos encerados en la gallarda pechera antes de ser empomados, oh, mundo!, Nunca mas saborearía el vino frigio ni se frotaria la entrepierna contra las ovejas rellenitas y calientitas de Hispania. Adiós, damas de Hispania, adiós, galos de muslos pilosos. Sacò una daga de entre sus ropas y procediò a cortarse pedazos de su propia cara y dárselos de comer a Marco Aurelio, que agradecido, se comiò los churrasquitos de jeta con fruiciòn. Ñami ñami.
Entonces Igor expirò. Todavia estaba duro. Marco Aurelio se desparramò en el suelo desesperadamente y procediò a succionar el miembro viril para saborear las dulces gotas de semen que aun brotaban de la fenecida cobra gigante.
Estaba solo. En la recàmara aun flotaba en el aire una flauta lejana y melancòlica, y las edades y las eras se confundian en un sonido chasqueante de violàceos, cuarteados labios malcriados en una cara regordeta.

– Ñam ñam ñam, que rica lechorreta… tu, fiambre, no te seques, ñam ñam ñam…

Y Marco Aurelio gritò al cielo, con los puños cerrados, en un estertor animal…

– MADREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE…!

En algun lado, del otro lado de las lineas, la madre de Marco Aurelio, en el oràculo de Delfos, sonreia, parte lechuza, parte pantera, parte vampiro de la eternidad, parte… parte de guerra.

Rojo se cerrò el telòn sobre los amatères y… fade to black.

NADA DE LAZOS SENTIMENTALES CON LOS ANIMALES —

NADA DE LAZOS SENTIMENTALES CON LOS ANIMALES

Mañana de bosta.

– Ok, cuando un oso hace asì con la cabeza…

Mark asintiò de manera muy torpe, como si estuviera haciendo una fellatio a un fantasma.

– … cuando hace asì con la cabeza, es que quiere comida porque tiene hambre y necesita cariño. Los caballos hacen lo mismo. Pero comen avena. Y fardos. Hechos con cosas.

– Pastito.

– No. Entonces vos al oso le dejàs la carne y el bofe en la cesta, la pasas para el otro lado y entonces te vas.

– Nunca le voy a poder dar una caricia a Pepe?

– No. Te va a arrancar la mano de un mordisco. Estos bichos son salvajes aunque estèn amodorrados por el encienrro. No sirven ni salvajes ni aqui dentro.

– Garròn che…

– Si. Ahora pasemos a la jaula de los lemures bebès, estan aqui atràs de el habitàculo de los osos.

– Son como los peluches de los osos de peluches.

Me mirò con compasiòn. Yo tenia cuarenta años. Y necesitaba un trabajo, de lo que sea. Me mirò, en realidad, como si yo fuera un completo homosexual.

– De hecho, los tenemos aqui atràs por si los lemures se mueren. Lo que suele suceder.

– Acà atràs hay mas comida?

– Si, para los osos. Si los lemures se mueren, van a la cesta de alimentacion de los osos.

– Noooo, pobres bichos…

Yo me queria ir a la mierda. Yo queria abrir la jaula de los osos. Yo queria liberar a los lemures bebès y dejarlos que masticaran langostitas y hojitas de eucaliptus.

Tambien queria ver una lucha cuerpo a cuerpo de oso gris contra leòn africano. Como la cancion de Shonen Knife: Cobra Versus Mongoose.

– Ves? A los lemures bebès les damos leche Nan, esa que viene en latas especiales para bebès que no pùeden lactar de la teta de la madre, se las damos con jeringas chiquitas mientras se los envuelve en toallas calientes, despues, cuando van creciendo les damos larvas, por lo general las mismas que les sacamos con agujas de entre los pies y del culo.

– O sean que ustedes son como papàs adoptivos.

– Si fueran mis hijos se los devolveria a la cigueña, por hija de puta.

No dije nada.

Mirè a un lèmur bebè mas de cerca, tenia los ojos grandes y negros y abiertos muy de par en par, mirando todo alrededor como si no pudiera creerselo. Me daba cosa. Los nativos de Primpopesia se los comian en jugosos y candentes guisos. Solo cazaban los necesarios, pero parece que sus ojos, dejados a enfriar con el gèlido aire de las planicies primpopesas, hacian un buen postre despues de un banquete de zebra. Aqui, a catorce mil kilometros de distancia, los mantenian encerrados en jaulas con las paredes pintadas con junglas de tèmpera y acrìlico porque los primpopèses necesitaban deforestar sus bosques y junglas porque Fender necesitaba hacer mas stratocasters. Por que? Para que? Para gente que ni siquiera tenia orejas para escuchar nada. Ja.

– Ok, Rodriguez, suficiente bichar, de todas maneras la mitad de estos primores estaràn muertos mañana por la mañana. Recuerde: NADA DE LAZOS SENTIMENTALES CON LOS ANIMALES.

– Nada de lazos sentimentales con los animales -, repetì yo.

Di vuelta la cabeza y una lagrima o dos me anegò un ojo, fingì estornudar y rapidamente me sequè el ojo y avancè pretendiendo cuidar el paso, chequeando el suelo.

– Estos son los receptàculos para las larvas y las langostas. Son la comida de los lemùres. Y aquì tenemos las cajas con los escarabajos. Los escarabajos se comen los cadàveres de los animales pequeños que mueren en el zoologico: lemures, monos aulladores, pàjaros campana, pitones y cobras, yararàs, pichiciegos… todos esos animalitos pequeños y carentes de importancia. Hasta hemos traido un pequeño oso panda hace unos seis meses… no pudo sobrevivir al clima, hacìa cuarenta grados, vino la ola de calor del norte, nos cortaron la luz y Sofovich no quiso traer un grupo electrògeno… de todas maneras el oso panda nos vino fallado, porque era todo negro, no tenia manchas blancas,  o manchas negras sobre ningun blanco… estabamos muy enojados, ni siquiera podiamos devolverlo a China porque estaba muy debil y todo pulgoso… terminò en esta caja con escarabajos. Todos estos esqueletos van a parar a museos de ciencias naturales. El de Parque Centenario, el de La Plata…

Osos panda bebès en cajas con escarabajos, pensè yo, osos panda bebès encerrados en cajas con escarabajos que comen carne.

– Rodriguez, tu trabajo es obedecerme a mi. Lo que yo digo es ley. Por lo general la jaula de los camellos se limpia los martes y los viernes, la de las jirafas tambien. Usted tendrà un walkie talkie y tendrà que acudir al puesto o estafeta o habitat que corresponda. El horario de trabajo es de siete y media de la mañana a cuatro de la tarde con un break de veinte minutos para almorzar. Por suerte eso se hace despuès de limpiarle los dientes al hipopòtamo, ese hijo de puta tiene un aliento impresionante, y los meos de los leones y las panteras son algo un tanto demasiado revulsivo. Trate de almorzar no muy copiosamente, vomitar en este trabajo no es raro, pero es algo que prefeririamos que no haga. No tiene permiso de hacerlo. Shockea a los animales. En las verdes praderas del Kilimajaro no hay hombres vomitando, por lo general son los leones quienes vomitan esqueletos… humanos, a veces. Usted entiende…

Mirè hacia la luz del tubo de neòn del techo, mi nuevo cielo. Pensè: ojalà lloviera.

– …De todas maneras estamos haciendoles dieta a los carnivoros grandes, se estan poniendo demasiado gordos con su dieta de lemures bebès muertos. los jotes y buitres tambien. Por suerte no pueden volar, les cortamos las puntas de las alas y los mantenemos a raya a esos polluelos, son el «highlight» del zoologico. Les tiramos ratones vivos. La gente aplaude. Eso trae dividendos. La gente lo disfruta mucho. La sangre y las pequeñas vìsceras en el pico de las aves rapàces… en fin.

– Sangre y visceras… la gente aplaude.

– Exacto, veo que ya vas entendiendo.

– Dividendos…

– Exactamente. Y aquì, Rodriguez, en esta pared tan pulcra en este recinto tan loable donde mueren lemures y escarabajos africanos comen la carne de osos panda bebès chinos, està su cronograma de pago… Usted cobraria… el veintinueve.

Entonces me diò la espalda. Craso error. Pude ver su nuca. Un grueso y negro lunar se alzaba en el medio de su mal afeitada cabeza sin pensamientos.

Otro dia en la oficina.

Tomè un bisturì de una mesa a mi derecha y lo hundì una vez en su homoplato. El supervisor pegò un chillido incrèdulo y despuès algo asi como un: UGH. Se diò vuelta y me mirò con el cuchillo en la mano alzado delante de su cara. Sus ojos imploraban misericordia basado en el dolor y en el repentino reconocimiento de su propia alma, estèril y purulenta.

Musitò:

– Por que…?

Entonces exhalè:

– NADA DE LAZOS SENTIMENTALES CON LOS ANIMALES…!

Le hundì el bisturì en el globo ocular izquierdo. La navaja, afiladìsima, entrò como una saeta con el mango incluido, entonces lo saquè, y el empleado del zoologico se agachò, herido de muerte, y cayò al suelo, inconciente, completamente rendido.

Mirè el cuerpo aùn vivo y tembloroso.

Me agachè y procedì a decapitarlo metòdicamente, siguiendo una linea de puntos imaginaria alrededor de la base del craneo. Brotò mucha sangre cuando alcancè la yugular.

– NADA DE LAZOS SENTIMENTALES CON LOS ANIMALES.

Separè la cabeza y la metì en el receptàculo con los escarabajos. Pude escuchar un bullir inmediato, como si setecientas mil pequeñas bocas despertaran de un aletargado sueño imposible, y el sonido me hizo sentir como si yo midiera cuantrocientos metros de alto.

Me lavè bien las manos en una pileta, tirè el mameluco detras de un escritorio marròn. Abrì la puerta, la cerrè con la llave que aun estaba en la cerradura y cuando puse llave, rompì la llave dentro de la cerradura, y afuera estaba.

Tardarìan solo unas horas en encontrarme.

Mi querido supervisor no lo lograrìa nunca y cuando lo hallaran, encontrarian una sonrisa de perfecto y limpio marfil en su vacia cabeza, imposible de borrar. Llorarian unos cuantos por èl. No importaba, ya lo sabemos, estàbamos advertidos de antemano.

Nada de lazos sentimentales con los animales.

NOTAS DEL ENVIADO —

NOTAS DEL ENVIADO

Ahi està, es èl.
Viene ataviado con un tènue y blanco craneo roto y una cinta en el pelo. Quien se cree que es? Sabemos que es el elegido, que està ungido, que ha sido designado por los altos poderes y los bajos altos poderes, lo sabemos desde los bajos. Huele a tè caliente y tardìos hot dogs de medianoche, tambien trae un siseo de enojo mal disimulado y los ojos heridos, de alguna manera. Parece un poco demasiado delgado, o tal vez esta gordo de otros lugares; sexualmente lo queremos como un amigo, espiritualmente es una hoguera que no quema, una lapida que no marca ningùn lado, si estuviera al lado de un arbol en la parte de atràs de una fiesta en la parte limpia de la suburbania, lloraria amargamente desde el confin opuesto de algun universo parecido al de nosotros. Mìrenlo, esta tan solo, esta tan hambriento, està bajo el cuIdado de la ley porque casi no respira como un ser humano, tiene branquias, y está tocado con un halo de percepciòn demasiado agudo, es casi un angel, es un tremór, pero todo lo quema, el mundo de la materia de los huesos y de la alegria le quema los pies, inunda su cama de congoja y si el Cristo volviera  la tierra el seria el embajador de Extremo Oriente, seria ambos las perlas y el magma endurecido en las faldas de costas por las que hombres derramaron sangre diez mil veces en olvidadas batallas. Sueña con rubias, sueña con la cerveza fria de los otros, es el portero de la puerta de todos los Sàbados, es el angel que no reta, es el ángel que habla de la companìa, de la sequìa.
Està entre nosotros.
Cuidèmoslo ahora; solo ha pasado en forma de brisa, en forma de viento en una habitacion sellada. Ha cantado debajo de la lluvia en nuestros pàrpados una serenata para la gloria de todos los muertos, es un milagro, una estratagema contra todos los diablos, es la fiesta después de la siesta, un paradigma en la miseria de la alegria infatuada de este planeta. Cuidemoslo, conoce la clave al hueco binario de nuestros corazones y los de ellos; los ellos se han levantado en armas, han mostrado diente verde y puño bruñido, los ellos escupen veneno por una vena en la lengua bìfida, saben como matarlo, o piensan, o piensan que saben como y no quieren, terrible divertimento de estos maniatados, no pueden hacerlo porque es imposible hacer dos cosas al mismo tiempo, y el baile es duro y perenne y no cesa y andan en esta clase de refinada droga, la ponzoña de la sonrisa y la daga adormilada en la punta de los finos y limpios dedos, alzándose en su oscuridad, listos para el remate de todos los tesoros.
Entonces, a él, espalda con espalda y las manos en las cachas y los ìndices en los gatillos: no han de dejarlo en paz con las lupas, rayo contra rayo contra iluminacion flaca y mas rayo, no lo dejaràn en paz ni siquiera en la improbabilidad de èl en companìa. A la distancia, aullan los perros y se quiebran todas las botellas, vienen, seguros, fuertes; las sopas han fenecido en sendas lenguas imposibles.
Serà el atardecer, este hombre, de cualquier manera.
En este recinto alfombrado donde los pies se arrastran sigilosamente en un juego arcaico de video, rebotamos entre apoteósicos y delgados caireles azules y somos primos de las luces testigo.Nadie aplaude, todos inspiran.
Cuidèmoslo, el ha nacido para llevarnos al otro lado del rio.

EL EXTRAÑO PAR DE ZAPATOS DE JORGE CADALSO —

EL EXTRAÑO PAR DE ZAPATOS DE JORGE CADALSO

Y asi fuè como Jorge Cadalso no daba pie con bola, literalmente. Los amigos ya no lo ivitaban a jugar al papi futbol.

– Ahi va Jorge, el rey de los deportes!

– El amo del balompiè con su triste zapato!

– Jorge, si te hacen un arco de cuarenta metros, vos agarras la pelota con la mano y la metès en el aro, capo!

Y Jorge se dio cuenta de que tenia un problema.

Jorge no podía deshacerse así de cualquier manera de los zapatos del destino que tenia puestos. Cuando se bañaba, tambien lo hacian sus zapatos. Se mojaban y se arrugaban, y lo que era peor, cuando hacia mucho calor se expandian y los pies le bailaban adentro, y en invierno se achaparraban tanto que parecia que los pies se le iban a morir ahorcados por el armazòn de rudo cuero. Era desesperante. Pensó en cortarse los pies, pero una vida sometido a una silla de ruedas no parecia un buen prospecto. Tanta era su mala suerte que seguramente tuviera que bañarse con esa cosa, sentado. O no entrar en los ascensores. O…

Alguna gente andaba con sus zapatos particulares sintiendo que ese karma era maravilloso, una consecuencia de un caracter fuerte que indefectiblemente traia aparejado dolores masculinos, soportables aún en su insoportabilidad, y asi discurrian por la vida, sintiendo que tenian caracter.

No lo tenian.

Lo que ellos y ellas y Jorge tenian eran un mal karma. Enfundados en blasones del mismo dolor.

Un dia Jorge fue a una zapateria.

El empleado, un ser humano seco de dos metros de altura y cuarenta y cinco kilos de peso con cicuta en las pupilas, lo mirò de arriba abajo.

– Usted lo que tiene, lo tiene sin màs. Podria ofrecerle un par de zapatos nuevos, italianos, de corte y manufactura promisoria, lustrados… con un toque en el corte de asesina frialdad… pero, ejejej, no se si usted podria, en fin… eeeehhhh, pagar por ellos.

– El dinero lo tengo.- dijo Jorge.

– Bueno, lo intentaremos.

Lo siguiente que sabemos es que habia cuatro empleados tratando de sacarle los zapatos a Jorge. Igual daba. Todos tiraban y no salian. De pronto se escuchò una voz.

– USTEDES, PELOTUDOS!

Los empleados se miraron los unos a los otros. Y Jorge se sonriò.

– SALAMES, DEJEN DE TIRARME DE LOS CORDONES. UN POCO DE RESPETO.

Era una voz profunda y estentòrea para un pobre par de zapatos.

Porque los zapatos de Jorge podian hablar.

– MEDIA PILA GENTE, QUE ME DUELE.

Un empleado, gordezuelo y fragil, se persignò y se retiró de las premisas sin mas charla. Nunca mas volveria a su trabajo. Era preferible la bebida y la droga en soledad.

– Caballero… su… zapato… me està hablando…-, dijo otro.

– Si, a veces lo hacen; los dos, inclusive.

– Disculpeme pero se va a tener que retirar del local.

– Pero no era que iban a darme unos hermosos zapatos italianos de….

– Se tiene que retirar.

Y Jorge se retirò.

Caminò unas cuadras debajo del sol y se sintiò cualquier cosa menos aliviado. Entonces escuchò un chistido.

– PST! PST! EH, VÓ!

Era su zapato derecho. Jorge se inclinò.

– NO TE DAS CUENTA DE QUE SOMOS LOS ZAPATOS DE TU VIDA?

Entonces hablò el izquierdo.

– O NOS ACEPTAS O TE MANDAMOS A LA TUMBA, HUEVÒN.

– DE ONDA, HUEVÒN.- dijo el zapato derecho de vuelta, con una gran voz hueca y «supergodlike».

– Acaso no te das cuenta de que somos las cosas de tu vida? Que mierda, si nos dieras un poco mas de bola te darias cuenta de que —somos— tu vida. Si no te picáramos y no te hicieramos doler y llorar no tendrias nada de que escribir en la bitácora, Capitán Cook. Copáte. Y un consejo mas, aparte de la advertencia de que ya sabès de que uno camina como lo habla y lo habla de la misma manera que la camina.

– Cual es el consejo, ahora?- dijo Jorge un poco harto de todo ese sol ahi arriba.

– No te fijes tanto en el dolor de tus zapatos hasta que te des cuenta que hay gente sin zapato alguno.

Jorge pensò que este consejo estaba bastante bien, aunque se parecia demasiado a los consejos del zorro sabiondo de El Principito.

– Zapato, sos un zapato-, dijo Jorge.

Entonces Jorge fue buscando por la calle, un tanto picajoso por el calor, mascullando obcenidades que ni él mismo creia, pensando en un sandwich de jamon y queso. Y viò a una mujer sentada en un banco. No tenia zapatos, no parecia estar disfrutando mucho del sol y tampoco parecia estar no disfrutando mucho del sol. Solo estaba ahi sentada en un banco, un poco demasiado sola, un poco demasiado enferma. Tenia puesto un par de jeans andrajosos recubiertos por una gruesa capa de grasa del suelo de la calle, una camisa de franela rota en el cuello, el pelo sucio y despeinado y parecia estar hablandole a las palomas de la plaza. A pesar del sol, ululaba un viento invernal sòlido y humedo, típico de Buenos Aires y su gallardía de las lejanas Epopeyas de Mayo, y la gente andaba emponchada, pero esta mujer estaba bastante pelada de ropa, y parecia andar en problemas desde hace rato. Sin zapatos, sin abrigo, sin sanía mental, sin nada.

Tenia unos hermosos, hermosos, hermosos, hermosos piès. Cristo podría haber tenido esos pies. Cristo podria haber tenido tetas, tambien.

Jorge se acercò con timidez y hablò.

– Disculpe, he notado que hace frio y está usted sin abrigo, permítame ofrecerle… mi campera.

– Gracias guapo, pero lo que necesito es sacarme el frio de los dedos de los pies. Está lindo el dia, pero un tanto demasiado fresco.

– Ojalà pudiera, no puedo sacarme estos zapatos desde hace cuarenta años.

los ojos de la mujer se perían en el horizonte, mas allá de la pulcra fachada de la Casa de Gobierno. Probablemente sus ojos pudieran ver lo que pasaba en Uruguay. África.

Jorge mirò sus zapatos, seguramente lo putearian por la falta de coraje, o su consetudinariamente frágil manera de abstenerse a lo de siempre, su testarudez y la resignaciòn cobarde.

Los zapatos no hablaron, aunque los sentía un poco menos constrictivos. Hasta habian dejao de hablar, lo cual ya era una magna bendición. Asi es, de hecho, por primera vez en décadas habían dejado de doler tanto. Se agachò y los vio como aquella primera vez en la infancia, duros, execrables, marrones, impersonales y dictatoriales, un tanto ridículos, mitad de payaso y mitad de labrador; pero se dio cuenta, con asombro, de que uno de los cordones, siempre atados con rigurosidad marcial, estaba desatado.

A Jorge le dio la sensaciòn de que si pudiera hacerlo, el zapato hijo de puta podria haber sonreido!

Jorge mirò a la mujer. Y balbuceò:

– Se ha visto diablo mas extraño…

– Como dice, caballero?

– No se su nombre…

– Lidia es mi nombre.-, dijo Lidia, guiñandole un ojo.

– Lidia, a ver, dejeme explicarselo…

– No hay nada que explicar, Jorge.

– Como sabe mi nombre, Lidia? Nunca se lo dije.

– A veces una espera lo que ya esperaba, no hay tantos nombres, ni tantos tan importantes que recordar tanto.

Y Jorge se cagò en las patas. Era un sentimiento nuevo, una clase diferente de miedo, era como el primer beso, o andar en bicicleta después de mucho tiempo.

– Entonces, Lidia, permítame intentarlo esta vez… a ver… de diferente manera, un nuevo «approach», que le dicen….

– Hágalo.

Jorge estiro sus largos y finos dedos y con la yema de los mismos desmenuzò los cordones. El zapato se abriò gentilmente y un aroma a manzanillas y viejos yuyos de la abuela llenaron el aire.

Jorge casi se caga encima del miedo. Otra vez. Esto era nuevo. Estos zapatos nunca se habian abierto. Con la mano izquierda estiro el zapato hacia abajo, desde la parte del talòn, y salió limpio de su pie.

Jorge lo levantò y lo observò bien de cerca. El zapato no hablaba. No decia nada. Zapato de mierda, decime algo ahora!, pensò Jorge, pero el zapato no respondiò. No hablò. No se tirò un pedo. Nada.

– Lidia, este zapato lo llevaba conmigo desde el origen de los tiempos, no se si es el mejor zapato, pero es un zapato que me dio algunas cosas y me enseñò algunas cosas, me pregunto si podrìa compartirlo con usted, si no se ofende. La veo un tanto… descalza…

– Pues muchas gracias, George, por no decir desprovista.

Jorge emitió una risita un poco torpe, diferente a la risita de los torpes.

Ella compuso una sonrisita enigmática de Mona Lisa en la carita sucia, extendió la mano, curtida y gentil.

Lidia se puso el zapato y sonriò. Y el zapato inspiró y la pierna se estiró al sol.

– No veo que tiene de malo este zapato para andar regalandolo, me queda como anillo al dedo, pipì cucù.

– Tal vez usted lo necesite mas que yo.

– Tal vez. Viene con mucha carga adentro?

– Un poco, algunas lagrimas demasiado duras, unas cosas pesadas, un poco de vida, un poco de muerte, esas cosas.

– Con los pies descalzos es igual, depende de como venga el dia. Me gusta este zapato. Y me gusta usted. Tal vez podamos hacernos amigos algun dia.

– Tal vez.

Jorge sintiò a su piè respirar, desnudo y limpio y fràgil y completamente humano.

Y Lidia mirò el cielo. Era azul. Y vasto. Y era todo de ella. Tal vez él querrìa un poco de esto.

Y tambien eran casi las doce del mediodìa, pero esto no era tan importante a menos que pasaran cosas importante en fechas exactas y en horarios impertinentes, como en cualquier hora en que pasaran estas cosas, solo porque asì estaba escrito, de alguna extraña manera.

PETERETES INTERESTELARES —

PETERETES INTERESTELARES

– Camarada Illiantovich, estamos a cuatrocientos kilometros de distancia de pisar Marte. No tiene idea de lo agradecido que estoy a nuestro pais y a ustedes, a Nikolaiev, y a Gòmez, por este viaje que hará que por primera vez un hombre… un hombre ruso… un hombre!… que mierda, perdonen las lagrimas…
– No se preocupe Rasputin, llorar es de macho… ademas, solo lo estan escuchando via satèlite unas cinco mil millones de almas enfrente de los televisores… lo escuchan… llorar como… como… como un hombre entero, un hombre que llora por todos los hombres de la humanidad.
– Gracias Nikolaiev. Vivemos, vivemos!
– Si, vivemos…!

En la cabina del Oshkosh 7 se escucharon voces masculinas, evidentemente emocionadas.

– HIP IP… HURRAY! HIP IP… HURRAY!
– Viva la madre patria Rusia!
– Viva el primer ministro Hueveloingings!
– La primer persona en pisar Marte serà ruso y varòn!
– Sì, y si le toca bajar a Gomez… entonces el SEGUNDO en pisar Marte serà ruso y varòn.
– DA… DA!
– DA! DA! DALAI LAMA!
– Viva Gomez!
– DA! DA! DADADADADADADAAAAAA… BATMAANNN…!

Gomez asomò la cabeza desde la parte trasera de los asientos de la cabina, con los animos caldeados.

– Muchachos, aflojemos con la zonzera, que todavia falta un pequeño largo camino poblado de asteroides, dragones, baches, pozos de aire y, si tenemos suerte, no nos morfa una ameba galactica gigante del tamaño de el Maracanà.
– Ah, Gomez, caracùlico. Jeton culiau, somos machos y somos rusos y estamos entrenados para comernos un perro salchicha vivo, nuestras computadoras no pueden fallarnos ahora…! Es el dos mil quince y el futuro llegò…
– Si, hace rato.
– Ok, pero si pasa algo, no me metan a mi en quilombos, que yo siempre estoy  avisando de que si se pudre, se pudre.
– Gomez, comebala latino, primer puto en la superficie de Marte.
– Eso, puto.
– Masi… vayanse a cagar…

El resto de la tripulacion, Illiantovich, Rasputin y Nikolaiev, estallaron en portentosas risa.

– Ehhh, el putito tiene miedo…
– Saaa, blandito, nene de mamà, de pedo que llegaste acà cuando te encontramos en el maletero…
– Tiene unos lindos ojos almendrados si…
– Si, ojos de traicionero delator…
– …ojos que podrian enamorar a cien mil eunucos falsos untados en mantequilla de cacahuete…
– Nikolaiev…
– … ojos que desnudan el alma de un hombre duro y solitario pendiendo de las mas solitarias estepas galacticas de Marte…
– Nikolaiev…
– … ojos que podrian medir la virilidad de un hombre desnudo entrando en calor al observar jovenes pastores llevar a las cabras a la choza en una solitaria noche estrellada y….
– CAMARADA NIKOLAIEV, SE ESTÀ PASANDO DE PUTO, MACHOOO!!
– Disculpe camarada Illiantovich, me deje llevar por una andanada de pasiones encontradas…
– Sep, encontradas hace bastante tiempo y no satisfechas nunca, camarada Nikolai…
– Es que Gomez me la pone gomosa como una piedra pómez.
– Gomez no tiene nada que ver con nada de nada, camarada Nikolaiev, Gomez es un soldado al servicio de la corona rusa…

Gomez asomò otra vez la cabeza desde detras de los asientos. y dijo con voz melìflua y resonante:

– TAMBIEN PUEDO SER UNA REINA AL SERVICIO DE LOS RUSOS Y DARLES UN TRATO DE REYES!
– Càllate, asqueroso sodomita latinoamericano!
– Ay que tipo mas ruuudoo, me vas a pegar en la boquita con tu cipote albino, ricura?-, dijo Gomez con la voz efectiva y muy sospechosamente aflautada.

RAPUTIN INTERVINO LA INCOMODA SITUACION.

– Silencio, necios, en quince minutos descenderemos en la orbita atmosférica de Marte.
– Yo quiero mi peluche. – dijo Gomez.
– Yo me quiero bajar. – dijo Illiantovich.
– Y yo quiero creer que no voy a vomitar adelante de cinco mil millones de personas pero… pero… BBLLLEERGGGGBRRRRGHHH… BUUORRRGFGHH!!!!!!!

Nikolaiev lanzò todo el caldo de mariscos en el espacio sin gravedad de la cabina. Un pedazo de salame campero quedò pegado contra el parabrisas de la Oshkosh 7. Fideos con tuco sin digerir. Y un preservativo.

– Como mierda te comiste un preservativo, Nikolaiev? Rápido, saquenlo de ahi que hay camaras…
– Si, y estan grabando en vivo!

Rasputin sacò el preservativo con evidente asco. Sacò tambien el pedazo de salame campero y lo observò detenidamente. Evidentemente era del tipo de campo. Un instante despues, se lo comiò con frugal y simple placer.

Gomez sentenciò desde la parte de atràs:

– Vos si que sos un duque para comer, macho. Chancho… chancho. Eso es lo que sos, un chanchito militar.
– En el ejercito comiamos jabalies podridos y mazorcas verdes para el desayuno, y al atardecer masticabamos tachuelas y escupiamos balas del tamaño de mi verga, Gomez.
– Interesante dato, Rasputin, si solo no me importara un carajo.
– ATENCION TODOS, ESTAMOS ENTRANDO EN EL UMBRAL DE SOMBRA DE TELECOMUNICACIONES -, explotó Illiantovich -, ESTAREMOS EN EL UMBRAL DE DESCONECCION TOTAL POR DIEZ MINUTOS MIENTRAS ENTRAMOS EN LA ORBITA DE MARTE!
– Si, cuidado, se nos va a colgar Youtube!
– Ayyy que miedo tengo, cuidadooo, a ver si los rusitos se me descomponen en el avion por la falta de contacto humano…
– Todos, abrochense los cinturones, solo tenemos una escasa probabilidad de salir vivos de esta aproximación interplanetaria!
– Noooo, podria ser la ultima vez que vuelva a ver las estepas de Siberia!
– Y yo no le dije adios a mi pequeña hija Katiushka!
– Y YO ME OLVIDE LA PAVA EN EL FUEGO…!

Todos se dieron vuelta a ver a Gomez.
Nikolaiev se dirijiò con austeridad al argentino, tratando de medir sus palabras.

– Gomez, mirà. Lo tuyo eran dos dias en la Estacion Espacial Mir pero esa se nos descompuso. Asì que me parece pertinente que veas la cuestion como es… bastante digna para vos, a pesar de que en realidad nadie te invitò a la fiesta, tà? Querias Coca Cola? Te dimos Coca Cola. Querias sanguchito? Te dimos sanguchito. Querias nave espacial? Estas en una nave espacial. Asi que me parece lo mas adecuado que hagas recomposiciòn de forma y lugar y veas que… ESTAS A PUNTO DE SER GOLPEADO.
– Ayyy él, que ruido que hace el soldadito, que machito que sossss…- dijo Gomez con su voz aflautadita.
– ATENCION TODOS, ACABAMOS DE ENTRAR EN EL CONO DE SILENCIO…!

Las luces de la cabina parpadearon y se apagaron. Luces y flashes repentinos, chispas, humo, se vuelven a apagar las luces… y el silencio total. La unica iluminacion que entraba lo hacía lánguidamente por la ventana parabrisas del Oshkosh 7. Casi la oscuridad total. Los astronautas respiraban pesadamente, expectantes, solo ese sonido primal… Y de repente, en la oscuridad total, se escuchò un sonido de succiòn. Liquido, ominoso… en la completa penumbra solitaria de el último espacio virgen…

– Eeeehhh, yo no quiero decir nada,- dijo Rasputin,- pero alguien me està chupando la verga sin mi consentimiento.
– Yo no quiero decir nada, – dijo Nikolaiev- pero para sacarse el traje espacial es todo un tema, y no creo que se te haya escapado la pija y los huevos asi como asi.
– Yo no quiero decir nada,- dijo Illiantovich- pero alguien me està haciendo una paja muy cerca de donde se escuchan los ruidos de succion tan ominosos…
– Yf yofn non vogi a dechir nooaado porque estoy muyg ocupaggo…

Ese era, indudablemente, Gómez.

– GOMEZ, PUTO DEL ORTO…- dijo Nikolaiev.
– Eh, no lo insultes al muchaaa.,.. al muchaaaajjjj siiiii Gomez… siii CARAJO GOMEZ MI CAMARADA!
– Usted se pone crema en las manos, Gomez? Tan suave, tan tersa, tan desprovista de imperfecciones… despacio Gomez, Gomezzz … QUE MANO EN MI BANANO!!!- exclamò Illiantovich.
– BUENO BASTA, SI VAMOS A MORIR, MORIREMOS EN FELICIDAD!

Los astronautas hicieron una rondita donde se mezclaron cuerpos, manos, piernas, cremas, y trajes espaciales lacerados por los rudos y masculinos músculos de ellos todos, en un  frenesì como de enloquecido nido de serpientes. De a poco, la nave recuperaba su poder electrico a medida que salía del cono de silencio, del umbral electromagnetico, y la nueva data de aterrizaje aparecia en los monitores.. La luz mortecina y distante se transformò en un rojo luminoso que llenó de esperanza a los cansados hombres estelares, los cowboys del espacio, los duros rusos, y al mariquita argentino. En un santiamèn volaron los chorros de esperma por el aire, la cabina estaba untada de secreciones lechosas de un olor de un tenor ácido, sobre los controles de mandos, sobre el radar, sobre las lenguas de los cosmonautas rusos y sobre la cara del cosmonauta argentino. Alta waskeada.
El rojo amanecer marciano iluminò los rostros sofocados de amoroso cansancio que se alzaron rampantes hacia la ventanilla de comando, ojerosos, purpùreos, como los portentosos glandes recién ordeñados en la gravedad cero…

– Marte! -, dijo Nikolaiev.
– El paneta rojo! -, dijo Rasputin.
– El rostro del dios romano de la guerra!- dijo illiantovich.
– EL SEGUNDO DIA DE LA SEMANA! – dijo Gomez.

Todos se dieron vuelta a ver a Gomez con las caras como làpidas.

– Perdòn… no lo hago más..
– Que cosa no vas a hacer màs?- repuso Nikolaiev.
– Lo de los chistes.
– Bien.
– Bueno pero tratame bien.
– Quien te hizo nada????!!!
– Vos, me tratas mal, Nikolaiev, de que te la das, si recien te dejè la copa de leche en la garganta…
– QUE TENDRÀ QUE VER EL CULO CON LA MILANESA…!
– Nada, que te pones re forro y sos el primer gay del orto puto ruso en pisar suelo marciano, quien sos, salame?
– Soy el salame capitan piloto de esta aeronave y yo te ordeno que…
– ATENTOS TODOS! ESTAMOS RECIBIENDO COORDENADAS Y LA ORDEN DE BAJAR A SUELO MARCIANO!
– Mein gott.
– Ay no puedo mas de la emocion….
– A mi se me escapò un pedo…
– Alguien tiene un esfignomanomenòmetro?
– UN QUE???

Un crepitar radiofónico y una voz se escuchó. Una voz historica, una voz magnánima, llegada directamente desde cuatro millones de kilometros en la base en la Tierra…

– Les habla el Primer Minsitro Hueveloingings… felicitaciones por haber llegado hasta ahì… ahora voy a anunciar al primer hombre que descenderà en superficie marciana… ese hombre se llama… el nombre de ese hombre es…

– No puedo aguantar esto…-dijo nikolaiev.
– Alguien que diga algo, que pase algo… – dijo Rasputin.
– El nombre serà recordado por todos… – dijo Illiantovich.
– MI NOMBRE ES BOND… JAMES BOND!!,- dijo gomez poniendo la voz aguda como una radio adentro de sus puños.

Todos miraron a Gomez.

– Dijiste que no lo volverias a hacer.
– No me pude contener…!
– Contenète Gomez, ya te dije, estas en fiesta ajena.
– Ves? Ves lo que te digo? Yo acà me estoy rompiendo el lomo para que todos sean felices, y se me re pasparon los labios y nada, NADA…

Gomez empezò a hacer pucheros y a soltar gemiditos y llantitos.

– Yo a este lo pongo…- dijo Rasputin.
– Rasputìn, mejor concertemos.
– Si, compongamos la situaciòn,- dijo Illiantovich- no queremos ser los primeros mataputos en Marte.
– Ah, porque vos eras re hetero cuando te llenabas la boca con mi pene hace tres minutos, gil.- gritò Rasputin.
– Ah claro, porque tu nombre no lo indica ya todo, bobo. Tomà!

Illiantovich propinò fuerte puñetazo a Rasputin, Rasputìn respondiò tomando una silla de madera, alzandola en el aire y rompiendola en la cabeza de Illiantovich, Nikolaiev le diò un puntapiè en la cabeza a Gomez y le rompió un chopp de cerveza en la cabeza, y Gomez se escabullò hacia abajo donde empezò a petear a todos con sendos e inteligentes movimientos ascendentes y descendentes de la cabeza.
La radio estallò.

– EL NOMBRE DE EL HOMBRE QUE SERÀ EL PRIMERO EN DESCENDER SOBRE LA SUPERFICIE DE MARTE ES….

Todos pararon de succionar y de gopearse y levantaron las cabezas. Quietitos estaban…

– … EL NOMBRE ES JULIO GOMEZ.

Nikolaiev se diò una palmada en la cara.

– NO TE LA PUEDO CREER…
– WOTTTT???? – , gritò Rasputin.
– PERO ME CAGO EN DIOS… – siseò Illiantovich.
– ZIIII, ZIIIII, – gritò con jolgorio el infeliz de Gomez.
– Dale, anda a clavar los tacos ahi, puta de mierda, dale, andà… bajà.

Gomez bajò por la escotilla despues de ponerse el traje espacial y una buena dosis de colorete y rouge en la boca y peinarse con gomina.
Los pobres Nikolaiev, Rasputin e Illiantovich miraban consternados a Gomez, que unos metros abajo proferia pequeños chillidos estridentes de sana alegría, saltando de roca en roca por los peñascos oxidados de Marte.

– No te puedo creer…
– Yo tampoco.
– Ni yo, y pensè que lo habia visto todo.
– Cuatro millones de kilometros para hacer bajar a este zoquete.
– A mi me dejò todo el pete roto.
– Es un bruto, no sabe culiar, a mi me reventò una hemorroides.
– Sah.
– Tengo una idea… este es mi plan- dijo Nikolaiev, y susurrò en los oidos de sus compatriotas unas cuantas palabras rapidamente…

En un santiamèn estaban los tres de vuelta en sus asientos de la cabina, todos se habian puesto los mamelucos y todos estaban frotandose las manos y las caras con papel tissue poniendo caras de asco.

– Ok camaradas, a la cuenta de tres. 1… 2… 3!

Pisaron todos el pedal al mismo tiempo y se activaron los retrocohetes que hicieron elevarse la gran nave y alejarla de el Planeta Rojo, camino de velta a los cabos de la Star City, en Krasnoyarsk, en la querida Madre Rusia, en nuestro querido, y zaherido, Planeta Tierra.

Gomez los viò desde abajo, mientras bailaba una tarantella y decia:

– Quiero mandar un saludo a mi papà que me està viendo en Castelar, y un beso a Nacho, y a Jorge que tiene zapatos nuevos, y a mi mamà, la Choli que debe de estar re contenta les mando un beso a todas y  a todos…uiiiii!!! Uuiiii!!!!

Flores de colores flotaban! Son los Granbys, son los Granbys! Y pequeños honguitos con caritas re lindas flotaban en el nuevo Amanecer de Marte!
Y el mundo, a cuatro millones de kilometros hacia el sur del Infierno, lo miraba por tevè.

LOS NUEVOS RESIDENTES —

LOS NUEVOS RESIDENTES

Nunca pensè que en realidad me podria ver TAN bien. O sea, me veo realmente bien. Sin toda esa carnaza de grasa colgando de las tripas. Afinado en las muñecas, la cara, la cara…., peinado hacia atràs como un dandy, cinturon en la cintura, los mismo jeans viejos, el viejo pullover gris, el abdomen armonioso, las zapatillas baratas pero un lingote de oro en la media sonrisa, respetuosa la sonrisa, mucha ternura, o por lo menos un atisbo, un hombre completo casi…
He dejado caer las sombras en este living room antiguo. Vieja casa. Vivì veinticinco años aqui como quien no sabe que ha terminado la segunda guerra mundial, viviendo adentro de la selva, cuarenta años despues. El aroma a tabaco, la peste, la avalancha inmoral de los recuerdos…
Estoy sentado en la cabecera sur de esta humilde mesa, culpable de todo, para variar.

– Debiste saber que tenias un filòn digno de cuidar.

Yo bebo un trago de la botella sin cuidado, nos tenemos confianza.

– Lo sabia. Lo que pasa es que no sè que hacer con todo esto. Como darle forma?
– Se siente mal, ahora?
– Se siente cerca de la muerte, se siente fuerte.
– Como un barril de polvora.
– Como la primer idea del primer cerebro que pensò la bomba atòmica. Eso se siente.

Me mira todo guapo desde la esquina del living, desde la vieja primer puerta del departamento. En algun momento, robaron en esta casa, y el dueño anterior construyò una segunda puerta con marco, paredes, todo. De acero solido, blindada. Tengo dos puertas. la primer puerta no se puede cerrar, le saquè la cerradura despues de quedarme encerrado afuera dos veces.

– Yo no te culpo.
– Ni yo a mi mismo. La vida es como una consecutividad de momentos donde a veces la pasamos bien y a veces no tan bien y otras veces, la mayoria de las veces para mi, no podemos ecnontrar la puta manera de sentirnos bien. Yo soy de ese tipo de gente.
– Te aterra estar iluminado, putito.
– Me aterra pensar que tengo la respuesta a un monton de problemas demográficos. Tambien me aterran las respuestas y las preguntas. A veces uno no tiene todas las respuestas que busca,. y a veces es mejor asi. Mejorar la analgesia prolongando la estupidez, ese es mi lema.
– Pero vos en algun momento te convertiste en algo que te daba asco.
– Asco no, miedo. Cuando no pude responder mis peguntas pro no tener boca, me ataqué a mi mismo.
– Y pensás que la cagaste.
– A menos que me ofrezcas un segundo pensamiento, estoy segurisimo de que asi lo hice. Mal. Se siente mal. me siento mal. Todavia tengo lugar para sentir?
– Tenes todos los lugares que quieras, hay lugar para todo ahora. Estamos entre amigos.
– Amigos son los huevos.
– Y vos si que te comiste muchos, guachìn. Sos proteina pura.
– Soy grasa y electricidad, guapo.

Un breve momento de silencio con todos los iterrogantes en toda la cancha del tiempo del mundo.Un poco mas de vino. Un poco mas estupidez.

– Y vos, que onda con vos? Te ves mucho mejor que de costumbre.-pregunté yo.
– Yo bien, acà esta todo bien, sin problemas por ahora. Me sobra tiempo y tengo toda la libertad de hacerme a la forma que quiera. No me jode nadie. Descubriendo lo mio.
– Hay música donde te mudaste?
– Algo parecido, hay una suerte de musica, pero los instrumentos estan de mas, es una música popular bastante nueva, una cosa de las calles de todos. Es dificil de explicar. Te va a gustar.
– Yo siempre tuve problemas con la gente que no me podia explicar las cosas excitantes de la vida.
– Bueno, ya falta poco para que puedas deshacerte de esos problemas.
– Sip.

Otro poco de silencio. Es como si uno pudiera escuchar las bisagras del planeta dando vueltas. Bien engrasadas, completamente burdo este mundo.
Me quedè pensando en estas sombras, en estas paredes enchapadas en viejo cedro que han sido tiznadas con diecises mil cigarrillos solitarios. Muerte a muerte y fantasma a fantasma. Codo a codo con la perdición. Si parecía desagradable, no parecia nada lìrico; si parecia poético, parecía una mala poesía,  demasiado larga para soportarla demasiado tiempo. Yo, tan pobre como me sentìa, era demasiado joven para no entenderlo. Tenia demasiados hilos de pensamiento como para ser tan descuidado.

– Y bueno, así están las cosas…-, dije yo.
– Lo breve, dos veces bueno? – dijo él con sabia empatia.
– Lo fuerte, dos veces bueno… lo breve solo te da un cien por ciento mas hambre del que ya tenias.

Un poco de silencio incómodo… esto de estar en las gateras de la vida esperando que le pongan el encendido a la mecha de la vida para que explote. Demasiados recuerdos. Demasiados recuerdos buenos, demasiados recuerdos malos. Todos eran tan intensos que la intensidad me habia roto el corazòn, sin màs. partido al medio como un queso de venite pesos el cuarto.

– Lo bueno es que hubo algunas mujeres buenas- dije yo.
– Fernando, no hubo mujeres malas, no hubo mujeres buenas, hubo mujeres y ya està.
– Bueno, con esa mierda le das de comer a un pibe de Biafra, a mi no.
– Es lo que hay.
– Es lo que hubo.
– Y habrà mas.
– Despues de esto?? Hay màs???- dije yo entrando en pànico.
– Me refiero a que ahora es un impasse, un ajuste de las tuercas para poder hacer balance y empezar de vuelta.
– Si claro, el saldo es un monton de piezas sueltas como un puto automata del siglo diecisiete.
– Digamos que sos un muñeco bastante interesante para quien tiene poder de voto.
– No confio en el votante y, por el amor de crristo, estaria genial dejar de ser un crash test dummie por un rato. Por lo menos dewcime que todavia puedo hacerme la paja.
– No es necesario, demasiada suplica, inclusive en esa soledad. Ya no es necesario.
– Vino?
– Algo parecido. En realidad, seria aslgo asi como la satisfaccion de todas las preguntas al respecto del tema. El relajo, la filosofìa, la consecutividad y la satisfacciòn… esos menesteres profundos y agradables.
– Yo hubiera querido algo de eso antes.
– Antes fue antes, ahora es ahora…
– NO ME QUIERO IR LA RECONCHA DE TU MADRE NO ME DES RESPUESTAS A PREGUNTAS QUE NI SIQUIERA PUEDO HACER PORQUE ME PARECE QUE ES ESTAR HABLANDOLE A UNA PARED???!!!
– Me extraña araña que no te conozcas. Vos sabès mucho de paredes.
– Pues vos sos la pared mas extraña que vi en mi puta vida.
– La unica que te interesò. Y mierda que tuviste una puta vida.
– Si. algo. Y me acabo de acordar de algo: una vez fuimos a ver a una tia, en las sierra de Còrdoba, y ella tenia una gran casa enorme de dos plantas en el medio del campo, en el medio de las sierras, y nos quedamos ahi unos dias, y yo espiaba los cuartos, era tan enorme, tanto lujo, tanto comfort… y a la noche me quedè encerrado en la penumbra de la sierra con los perros, eran unos dàlmatas, y no podia entrar, y me tapè con los dàlmatas en un sillòn de mimbre, entre las arañas y las penumbras, escuchando a los grillos y a los insectos comerse la noche.
– Ya no es necesario que penes por eso. no es verguenza tener ojos hambrientos.
– Si lo es cuando te miran unos ojos sin la necesidad de la suerte de uno.
– Tal vez debiste entregarte de otra manera.
– Tal vez deberia haber nacido con otro nombre.
– Fernando està bien, es un buen nombre.
– Fernando es sinónimo de sobrepeso, para mi.
– Te las arreglaste bastante bien con la figura que tenés.
– Si, dice él, que sacò su figura de no se donde.
– Yo solo te escuchè a vos.
– Bueno, pues a saber donde mierda estabas si te estuve buscando cuarenta y cinco años…
– Estaba mas cerca que lo que vos podes pensar.
– Eso ya lo habia pensado, creème.
– Lo sabemios los dos eso, Fer.

Se queda ahí parado mientras suena una lluvia semi primaveral en el fondo del balcòn. Me gusta ese sonido. Es un arrullo. Es un arrullo para todos menos para los que se han garchado la boca de la vida, yo solo le he dado besitos esporadicos y le he sujetado la mano en el momento apropiado, si no, ya habria volado por el aire mucho antes. Con un poco menos de estilo, lo cual hubiera sido inconcebible.

– Y como es ahì?- pregunto.

Se recompone y se frota la barbilla. Se ve hermoso, se ve como todo el mundo debiera verse. Está esbelto, eléctrico, fluido, es como agua que cae en la linea del tiempo de todos, con gracia y flexibilidad. Me dan ganas de matarlo, de alguna manera. Parece una casualidad imbecil en la mugre de mi vida sucia. Parecía un tipo mas sagaz la ultima vez que lo vi. Está delgado, pero sigue autoconciente de su ternura. Eso lo llevaria a perderse hasta en su propia tumba.

– Hay de todo, hay algo de satisfacciòn.
.- Sonàs como Mick Jagger.
– Mick Jagger no sabe nada de nada, cuando se muera lo van a sepultar en una cámara de oxigeno para que no se le ensucien las uñas con tierra, al muy maricón.
– Y Keith Richards? Te gusta Keith Richards?
– Solo en la medida que vos creas de que tiene algo sincero de que sonreirse buena parte del tiempo.
– Es importante Keith Richards en donde vos vivìs?
– No es de los nuestros. Zapatero a su zapato. Nada que ver con nosotros.
– Y que hay de las guitarras? Se puede tocar de noche o me van a romper las bolas todo el tiempo? Aqui arriba vive una judia montapetes que se divorcio del siome del marido y me llama a la policia, todas las noches, desde el origen de los tiempos.
– No te preocupes por eso. Nadie llamarà a la policia. Tenemos unos luthieres maravillosos.
– Posta?
– Posta.
– Argentinos?
– Yankees.
– Quienes son?
– Leo Fender y Les Paul.
– No me jodas… esos tipos no descansan ya en paz?
– Como podrias vos descansar en paz, como podrian ellos descansar en paz, como puedo yo descansar en paz con todo lo que hay para hacer? La gente que nace para brillar en algun momento se deshace de las ideas de velas, bombillas y caireles. No sirve. El descanso es para los giles, la renovacion es constante. Vos lo decias.
– Lo que yo decia es que habia que tener en claro una cosa: la creaciòn constante, el concepto estètico de que la creaciòn no tiene fin.
– Y no la tiene.
– Esa es demasiada informaciòn para mi. Se supone que soy un crucificado de la lindura y que nacì para cagarla. Por lo menos eso me decian.
– Vos no sos un crucificado de la lindura, sos un crucificado por la verguenza a tu propia belleza. Tu pecado es la negaciòn de tu luz.
– Oh, cuan profundo… puede ser.
– Si, puede. De todas maneras, quien necesita tantas preguntas?
– El que quiera hacer algunas preguntas.
– Bueno, te gustaria hacer algunas preguntas?
– No ahora.
– Alguna duda?
– Si, que esto se parece mucho a la admision a alguna suerte de manicomio.
– Ya no hay necesidad de manicomios.
– Hasta que te convertis en el dueño de uno.
– Vos nunca lo harìas.
– No. Ninguno de los dos lo haría. Pero ahi estan, ahi afuera. A esta hora deben de estar durmiendo. Casi todos. Me han contado historias.
– De tanto escuchar historias, casi te convertis en una.
– Mi historia es otra. Que querés que le haga. Soy muy timido y la vida me puso en el camino de estos seres especiales.
– Te gustò?
– Son gente interesante. Si me incluyo, hasta te diria que somos gente interesante.
– Apuesto que si.
– A vos te queda algo que apostar?
– Toda la eternidad por delante.
– Te creo.
– Yo tambien creo en vos.
– Como siempre fuè menester.

Tomo un trago de vino y una pitada al cigarrillo. Ojalà alguien se acuerde de mi antes de que termine esta pesadilla, o empiece.

– Me caès bien,- le digo- pareces una persona diferente a la que conozco.
– Me tratan bien ahora.
– No quiero conocer a las personas que te tratan bien.
– Lo vas a hacer.
– Lo sè, pero no hay manera de que me empiece a gustar, de cualquier manera.

Terminè el cigarrillo y mirè el gran cenicero de toda la vida, ancho, de boca ancha, de cristal, me lo regalò mi madre.

– Tengo que llevar algo?- dije.
– No, hay de todo en nuestra residencia.
– Dejame por lo menos ponerme la campera de jean.
– Ponete lo que quieras. No llores.

Habia empezado a llorar, habia empezado a llorar como un hombre otra vez, por razones de peso, por razones de todos los cielos de todos los mundos del universo. Era como si estuvieran ocupando todas las Francias del mundo por parte de todos los Nazis del mundo, de todos los mundos.

– No te olvides de los cigarrillos.
– Cartones?
– Solo un paquete, para cuando cruces el puente.
– Llaves?
– Innecesarias, querido mio.
– Bien.

Me sequè las lagrimas pero no dejaban de salir, no dejaban de salir…
Entonces me di vuelta hacia él poniendome una manga de la campera, mi querida campera de jean, mi algodonal, mi cruz y mi blues, y dije:

– Que mas? Que mas? Estoy haciendo las cosas mal otra vez? QUE MAS???
– Estas haciendo las cosas genial. Estoy orgulloso de vos.
– Y ahora que hago?
– Solo abrazame y salgamos.
– Nadie me va a joder mas? Nunca mas? No quiero que me jodan nuca mas, no me gusta que lastimen a alguien que està tan solo.
– No vas a necesitar estar tan solo nunca mas. Solo abrazame.

Y lo abracé.

– Fer, va a haber alguien  ahí que me de un beso ahí arriba?
– No hay arriba, y no hay abajo, y la idea de los besos, Fer, las hicimos nosotros hace mucho tiempo.
– Y que hay de la disoluciòn?
– A donde vamos a estar hay otra forma de pensar sobre los pasos aparentes.
– Ok.
– Vamos, Fer?
– Vamos, Fer.

Y chasqueé los dedos, y asi fui todo.

LA ARAÑA Y EL CIELO —

LA ARAÑA Y EL CIELO

– El nombre mas dificil de decir en ingles es Malcolm.
– Es el colmo.
– Exacto.
– Y es texto.
– Que no es cualquier cosa, hasta escribirlo hace que tengas que hacer el backspace para corregirlo.
– El que?
– La tecla de ir para atras. Para borrar.
– Que cosa?
– El error. Ortografico.
– Y cual es el nombre mas gay en inglès?
– Dwayne.
– El rocio de la mala conducta de John Wayne.
– John Wayne era un gran norteamericano.
– Si.
– Sacò de las trincheras a cincuenta mil excelentes americanos en Viet Nam.
– Si, y los metieron en bolsas para cadaveres dos segundos despues. En dos partes.
– En mi barrio te tapan con una frazada sucia y la ambulancia se va despacio a la morge.
– En mi barrio tenemos hamburguesas.
– En mi barrio queremos tirar a los diputados a los contenedores de basura.
– En Ukrania ya lo estan haciendo.
– Exacto. Es el progreso.
– Y Malcolm?
– Sigue siendo un nombre muy dificil de tipear.

Nos quedamos un momento en silencio. El cielo es azul, muy azul, y yo me pregunto por que de todos los colores tenia que tener ese color. El cielo marciano debe de ser algo dificil de tragar. Todo rojo, y naranja, y lleno de piedras. Se te rompen las zapatillas, se te llenan los ojos y la garganta de polvo y dioxido y mas polvo y te arde y te duele.
Cuando yo era bebé no me pasaba.
Me prendo un cigarrillo.

– Vos pensas que hay gente ahi arriba?
– Ahi donde?
– En el cielo.
– La verdad ,me importa un comino.
– Un comino?
– Bueno, un carajo.
– Comino es muy gay.
– Ok, DWAYNE.
– Quise deir que… en fin, no importa. Que si, en fin, crees en Dios?
– Dios debe ser algo asi como las cuatro letras de esperanza. En otros idiomas es diferente, tiene mas o menos letras pero la gente sigue pensando que hay esa magia, ese gigante y ese hacedor… estan cansados de sus propias manos, creo que es por eso.
– Yo tambien.

Mas silencio. Hay palomas, hay viejecitas, todos cuidados por Dios.

– Cuando yo era chico alguien me cuidaba, y ahora ya no me cuida nadie.
– A mi me cuida mi papa y mi mamà. Por suerte son jovenes.
– Cuantos años tiene tu papà?
– Ochenta y cuatro.

No digo nada. Mi mamà tiene setenta y cuatro.

– Todos merecemos una oportunidad. Es hacer las cosas dia a dia.- digo yo.
– Todos somos una oportunidad para alguien mas, pensà en eso.- dice èl.
– Bueno, a ver si viene alguien y me da una oportunidad de ser la oportunidad de alguien.
– Bueno, pero tambien hay que ponerse en el mercado de almas, andar tanteando a ver quien quiere usarnos.
– Y yo creo que hay gente que podria usarnos.

El cielo es la barrera final. La tierra es la barrera final. Stanley me mira consternado desde sus ojos de piedra.

– Estoy cansado. No puedo conectar con nadie porque tarde o temprano voy a tener que decirles que soy…
– Que?
– Psiquiátrico.
– No sos psiquiátrico, Estás mal. Por ahora. Hay que seguir peleandola.
– No quiero volver a mi casa.

El cielo no es la barrera final, es el hombre no ayudando al hombre con soluciones simples a problemas complejos. El desamor, el equívoco en nombre del amor, la pelea de a ver quien ama mejor, las guerras en el nombre del amor. Todo el mundo piensa que tiene un amor mejor al de el tipo de al lado. «Mi vecino es el vecino de mi vecino». Me acuerdo de eso. Y.
La cara de Obama y la sonrisa de Mao Tse Tung.
Psiquiatras y gurùes.
La cara de mi tia en un seminario del Método Isha.
Carlos Warter corriendo por los tejados de Barrio Parque con los oficiales de Interpol detràs mientras se le caen los pantalones del piyama cagados.
El cielo sigue azul.

Cuidado. Sé cauteloso. No importes tu estrella. Es un hecho de que Manhattan y Palestina bostezan por distintas razones bajo un solo Dios.
7.62 es el Dios.
« Mi vecino es el vecino que quiera ser mi vecino, con la consetudinaria distancia de la realización de nuestras irreconciliables diferencias».

Y en mi casa hay una araña que baja desde el techo a travez de una telaraña fina y larga, dos metros de largo. Fina y delgada, esta criaturita de Dios, delgadìsima, aguantando el hambre, refinándose a si misma a travez de las eras, empequeñeciendose por la compresiòn, desvastándose a si misma, convenciendose de que siempre hay una chan ce, un nuevo intersticio donde subsistir, desvastándose a si misma y rebajándose, cortando pedazo por pedazo de cuerpo y encontrando partes de si misma que no necesita, esto afuera y esto otro afuera, menos, menos, mucho menos, menos es mas, pasando hambre, impertérrita y muy viva, viendolo todo a travez de sus ocho ojos, refinándose y adelgazando hasta dejar en el cuerpo la pequeña tabla infinitesimal de la cintura, como un poema en un suspiro y esas patas rápidas y pacientes, los quelíceros rojos y un pequeño temblor en la punta de sus dedos en sus patas y un zumbido imperceptible en el pequeño y laborioso y gélido cerebro. La nimiedad hecha practicidad. Espera. Espera. Espera. Espera… John Wayne inspiró a muchos desde las pequeñas y viejas pantallas en blanco y negro. Los indios eran los malos, pero nadie sabe por qué. Ahora las quinientas naciones son un pequeño cenicero lodoso, digo yo, mientras apago una colilla sucia y apestosa en los dos metros de ancho del Camino del Inca al lado de la Iglesia del Pilar. Restos de porros y de virulanas de paco. Los malditos cabezas quieren ser mas cabeza. Un barrio pobre y el aburrimiento mortal debajo de una tarde muerta te llevan a la autodestrucción, además, Daddy Yankee te dijo que lo hicieras, no? Mis zapatillas talladas a la moda, mi carótida llena de esperma. Aunque el mundo está lleno de hombre y mujeres de buena voluntad. Lo unico que necesito es la oportunidad de alguien para ser una buena oportunidad.
Y mi araña baja desde el techo hacia mi cama, esperando a por un botín mientras estoy ausente.
Abre la boca y un pedazo del universo se mete adentro, y ahi adentro es muy, muy, muy negro.